La DGT denomina a estos infractores Conductores en Conducción Contraria (CCC) y en la última década han provocado una media de 130 accidentes anuales, con entre 25 y 30 muertos cada año. La mitad de los accidentes ocurrieron por la noche y un 25% bajo los efectos del alcohol; el 80% de los conductores eran varones y el 20% extranjeros. La mayoría son errores del individuo o la señalización, los suicidas son un porcentaje mínimo.
No todos los jóvenes conducen de la misma forma, y mucho menos tienen la misma actitud al volante. Sin embargo, unas costumbres de ocio extendidas relacionadas con la conducción nocturna o el consumo de alcohol, entre otras, pueden ser factores de riesgo cuando conducen.
Según algunos estudios sobre los hábitos de movilidad de los jóvenes, el 56% ha conducido sin tener carné de conducir, y la mayoría admite haber infringido las normas de tráfico en más de una ocasión.